Domingo Rodríguez de la Parada de las Especias en el Mercado Central nos cuenta todos los secretos del Azafrán de calidad superior. Hay que dejar de emplear el colorante alimentario y volver a la autenticidad
La realidad es que en Valencia estamos acostumbrados a hacer arroces con un índice cromático amarillo-anaranjado que sólo se puede alcanzar con colorantes químicos, y eso para la salud no es bueno. Aquí empleamos habitualmente desde la postguerra, la tartracina, como sustituto del azafrán, también conocido como E201-E215, un colorante azoico muy cuestionado en la Unión Europea por sus efectos en la salud de las personas, de hecho está prohibido en Noruega, y lo estuvo en Austria y Alemania hasta que dicha prohibición fue revocada por Bruselas, pero los ingleses en 2008 se la quitaron de encima, junto a otros cinco colorantes más, debido a los estudios científicos que la vinculaban con la hiperactividad en niños.
Sin embargo, el azafrán, no sólo es saludable, aromático y cumple con la función de pigmentar, aunque no tanto como les gustaría a los valencianos, si no que además, es una especia de origen botánico tremendamente arraigada a nuestra historia, y un símbolo de la marca España, motor económico de muchas regiones.
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